mar 12 jun 2012
Reproduzco una breve conversación que sostuve, hace 10 días, con alguien importante en el PRI.
Yo: “Ha caído el PRI en las encuestas”
Priista: “Sí, por el efecto de las redes y los estudiantes. Son lecciones. Ganaremos con 10 a 15 puntos de diferencia. De que bajamos, bajamos”.
Yo: “Reforma dice: 4 de ventaja”.
Priista: “Reforma no es la Biblia, lo sabes”.
Yo: “Eso sí”.
Priista: “A mí me gusta AMLO de segundo y no JVM, por razones patrióticas. Pero que no se aloquen en la izquierda, que no enloquezcan”.
Yo: “Pues va a estar de la chingada, te lo aseguro. Veo conflicto para después de las elecciones”.
Priista: “Sí. Dios quiera que no. En la medida que la distancia sea mayor, menos será el problema poselectoral”.
Yo: “Viene problema, no lo dudes”.
Priista: “Confío en un mínimo de 10 puntos de diferencia. ¡Y qué pena con lo de los 6 millones de dólares! Con todo y la honradez acrisolada de AMLO a quien le puedes señalar defectos, pero ese no. Ha de estar diciéndoles, con toda la razón, a sus amigos, simpatizantes y partidarios: ‘¡No me ayudes, compadre!’. Pobre. Porque los puntos que había ganado, los podría perder. Por culpa de esa gente que lo afectó”.
Yo: “Una pena lo de los 6 millones. Pero la caída de Peña es seria. No creo que termine, en las últimas encuestas, más de seis puntos arriba de AMLO. Andrés perderá puntos por el pase de charola, pero podrá reponerse”.
Priista: “Peña Nieto no está tan mal. Ha perdido unos 6 puntos en la campaña y ahí se mantendrá, llegará al final con 15 de ventaja, reales. En el caso extremo de una nueva crisis tan seria como la de la Ibero, que no la veo venir, perdería otros 5. Llegaría 10 arriba. Quizá te parezca optimista, pero tengo datos duros. Y si me apuras, subirá en las últimas semanas. Porque ya la Casa Grande está operando”.
Yo: “¿ A qué te refieres con que ya está operando la Casa Grande? Solo sé de dos, un restaurante en San Pedro, Nuevo León, y una residencia por el rumbo de Polanco, en el DF”.
Priista: “La Casa Grande es la de Parque Lira. Esquina con Constituyentes. Residencia que da al Bosque de Chapultepec”.
Esa fue una conversación, realizada hace 10 días a través de Black Berry, con un priista al que conozco y que está al tanto de lo que pasa con el candidato Enrique Peña Nieto.
“Ya la Casa Grande está operando”, me lo dijo el mencionado priista antes del debate de Guadalajara.
Lo recordé el domingo en la noche cuando, en Twitter, Felipe Calderón refutó la contabilidad que en el debate había hecho Andrés Manuel López Obrador.
Indebidamente Calderón se metió al proceso electoral. Y al día siguiente, también en forma indebida, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, insistió en criticar a AMLO y hasta dio a entender que el programa económico de izquierda podría provocar una crisis como la de Grecia.
En el debate, Josefina Vázquez Mota se lanzó con todo contra López Obrador. Busca la panista recuperar el segundo lugar. Se vio bien la candidata y hasta creo que ganó el debate. Pero sus críticas no lastimaron severamente a AMLO. Más fuertes han sido los golpes del gobierno federal. No sé si el tuit de Calderón y los cuestionamientos de Meade serán suficientes para restarle puntos a Andrés Manuel, pero lo cierto es que al tabasqueño le están echando montón desde Los Pinos.
Otro que se sumó a la descalificación aritmética de López Obrador fue Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda y hoy candidato panista al Senado. Lo hizo en una conferencia de prensa en la que lo acompañó el nuevo vocero de Josefina Vázquez Mota, el señor Juan Ignacio Zavala, cuñado de Calderón.
Hoy veré a Zavala en el programa de radio de Adela Micha. Creo que Juan Ignacio tocará el tema de la aritmética de AMLO. No me voy a meter en eso. Solo diré que es inmoral que la “Casa Grande” se meta al proceso electoral en contra de un candidato.
Si es condenable que #YoSoy132 sea un movimiento contra una sola persona, Enrique Peña Nieto, más ruin resulta que el poder de Los Pinos opere contra un solo político, Andrés Manuel López Obrador.
Entiendo que Calderón lo que busca, al lanzarse contra AMLO, es llevar a Vázquez Mota al segundo lugar, de tal modo de evitarse la vergüenza de que la candidata de su partido quede muy lejos en el tercer sitio.
Bastante duro es para Calderón no haber encabezado un gobierno capaz de convencer a los electores de votar mayoritariamente por su partido, el PAN.
Una verdadera tragedia política será para el calderonismo quedar tan abajo como hoy tienen las encuestas a la candidata del PAN.
Por eso, el ataque a López Obrador desde Los Pinos. Un ataque diseñado, sí, para apoyar a Vázquez Mota, pero que también apuntala a Peña Nieto.
No hay duda, la Casa Grande se puso a operar electoralmente. En contra de AMLO, a favor de Vázquez Mota y también, y sobre todo, para fortalecer a Peña Nieto.
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